Estoy por cumplir
dos semanas aqui, y entre tanto
bocinazo y
sonido de ambulancia,he confirmado uno de mis mas
grandes temores, la
toxicidad me consume, hasta el punto de llegar a heredar esas
costumbres tan raras que tiene este
otro Chile; este Chile con una de las
peores calidades de vida del planeta. Seré
sincero, no he tenido problemas con el
transantiago, las micros pasan por fuera de mi casa y a la vuelta de la esquina tengo el
tristemente manoseado metro, no me quejo del transporte, pero noto claramente el
descontento de los
consumidores y ciudadadanos, lo noto y extrañamente me he vuelto tan santiaguino como nunca lo fui. El otro día tome un
bus articulado en Vicuña Mackenna, un
210, debía hacer un corto recorrido de 5 cuadras hasta
Plaza Italia, en el intermedio una mujer de unos 60 años, me pidio permiso bajar y
rapidamente accedí, lo bueno es que por lo menos cierta gente
conserva los modales aqui, en eso estaba pensando cuando de pronto
sólo vi el brazo de la mujer atrapado en la puerta y la mujer afuera siendo arrrastrada por el microbus,mi reacción fue inmediata...ehh ehhh chofer culiao!!!!!!..abre la puerta , abre la puerta weon!!!!, pero para mierda !!!!!!!!!!.... pasaron algunos segundos y la micro teconocrática se detuvo y abrio sus puertas, la mujer en el suelo...riendose de los nervios, menos mal que andan lentos estos buses, no mas de 15 kms por hora. Pasado el susto, surgio una ola de comentarios, mientras yo en blanco analizaba mi comportamiento iracundo, por Dios!!! Santiago me devora al no tener escapatoria, al mirar para todos lados y no encontrar el mar, al salir y toparse con el olor a fierro caliente, a atmosfera sin esperanzas, a metro colapsado. Me acorde de cuando gritaba en las protestas o en las marchas de los detenidos desaparecidos cuando era adolecente. Mis ojos estan rojos y no es por smog es por los arranques de rabia que a veces siento en esta pecera llena de pescados, jamas pensare que fue un error, es una experiencia más. pero el descontento de sentirse decepcionado por el gobierno y a la vez por este pueblo o esta raza de ingratos me tiene de este genio, Bachelet sabe lo que tiene que hacer y no lo hace, pero del mismo modo pienso que hay otro Chile más alla de los horizontes de esta ciudad pérdida, la tarjeta BIP, no suena igual que los pajaros de la costa, sin embargo me salva este optimismo único, aqui tengo personas que valen la pena, aunque echo de menos de igual forma a los que tengo allá
Estoy por cumplir dos semanas aqui, y entre tanto bocinazo y sonido de ambulancia,he confirmado uno de mis mas grandes temores, la toxicidad me consume, hasta el punto de llegar a heredar esas costumbres tan raras que tiene este otro Chile; este Chile con una de las peores calidades de vida del planeta. Seré sincero, no he tenido problemas con el transantiago, las micros pasan por fuera de mi casa y a la vuelta de la esquina tengo el tristemente manoseado metro, no me quejo del transporte, pero noto claramente el descontento de los consumidores y ciudadadanos, lo noto y extrañamente me he vuelto tan santiaguino como nunca lo fui. El otro día tome un bus articulado en Vicuña Mackenna, un 210, debía hacer un corto recorrido de 5 cuadras hasta Plaza Italia, en el intermedio una mujer de unos 60 años, me pidio permiso bajar y rapidamente accedí, lo bueno es que por lo menos cierta gente conserva los modales aqui, en eso estaba pensando cuando de pronto sólo vi el brazo de la mujer atrapado en la puerta y la mujer afuera siendo arrrastrada por el microbus,mi reacción fue inmediata...ehh ehhh chofer culiao!!!!!!..abre la puerta , abre la puerta weon!!!!, pero para mierda !!!!!!!!!!.... pasaron algunos segundos y la micro teconocrática se detuvo y abrio sus puertas, la mujer en el suelo...riendose de los nervios, menos mal que andan lentos estos buses, no mas de 15 kms por hora. Pasado el susto, surgio una ola de comentarios, mientras yo en blanco analizaba mi comportamiento iracundo, por Dios!!! Santiago me devora al no tener escapatoria, al mirar para todos lados y no encontrar el mar, al salir y toparse con el olor a fierro caliente, a atmosfera sin esperanzas, a metro colapsado. Me acorde de cuando gritaba en las protestas o en las marchas de los detenidos desaparecidos cuando era adolecente. Mis ojos estan rojos y no es por smog es por los arranques de rabia que a veces siento en esta pecera llena de pescados, jamas pensare que fue un error, es una experiencia más. pero el descontento de sentirse decepcionado por el gobierno y a la vez por este pueblo o esta raza de ingratos me tiene de este genio, Bachelet sabe lo que tiene que hacer y no lo hace, pero del mismo modo pienso que hay otro Chile más alla de los horizontes de esta ciudad pérdida, la tarjeta BIP, no suena igual que los pajaros de la costa, sin embargo me salva este optimismo único, aqui tengo personas que valen la pena, aunque echo de menos de igual forma a los que tengo allá
