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viernes, 19 de enero de 2007

EL RALLY primera parte

Cuando llegué a Puerto Montt, eran las 1:40 del 29 de Diciembre;afuera hacía frío y tenía que juntarme con la polola del Germán, que venía en el mismo vuelo: la Daniela, no la conocía; así tuve que llamarla al telefono que me dio playmóbil. La Daniela igual de perdida, tambíen estaba buscandome, perdida entre los letreritos con un montón de nombres; quizás en uno de esos podría estar el mío, pero en verdad eso era pedir mucho. La idea era que nos iba a ir a buscar el transfer de multiexplot , donde playmóbil hacía su práctica; era como raro porque en verdad eramos nada más que amigos del que hacía la práctica ahí, entonces había que poner en juego las artes teatrales para salir como un campeón de tal escenario. En cosa de minutos; viajabamos en el transfer con un trabajador de la empresa que nos preguntaba por cuántos tiempo veníamos a hacer la práctica y que de donde eramos y bla bla bla; pasamos piola diciendo que veníamos en visita de observación a la planta y bueno fueron casí 15 minutos de una conversación netamente sin sentido porque en verdad..sólo eramos dos simples mortales aprovechandonos de los beneficios de la salmonera..y bueno alfin llegamos a la cabaña y a seguir usufructuando.. que bien!!!!

Puerto Montt no era tan frío como pensaba, es una ciudad grande que mira hacia el sur: ese sur más lejano, más austral y melancolico que en el que me encotraba. La nubes jugaban a ir y volver dejando salir de pronto un solo fulgurante, debido claramente a los niveles de radiación mayores en la zona. Almorzamos haciendonos pasar por alumnos en práctica. mientras nos escondíamos de los ejecutivos, fue gracioso, yo tenía hambre pero teníamos que esperar a que el casino quedará sin el ojo persecutor del los jefes.comimos tan rápido como pudimos y nos fuimos a la casa; para salir prontamente al centro de Puerto Montt, y rápidamente y sin encontrar algún atractivo turístico en la capital; viajar hacía Puerto Varas; la tarde estaba nublada, oscura el camino que une a ambas localidades es la ruta 5 y el paisaje verde oscuro daba la sensación de un sueño de invierno, de un día de semana santa, de algún domingo tristón y abúlico. Puerto Varas es como el barrio pudiente apartado de Puerto Montt; agradable a la vista, con casino y todo, con el Lago Llanquihue entregandoles el reflejo del sol en los amaneceres, como algún pueblito alemán que pronto conoceré, ibamos a buscar un lugar donde pasar el año nuevo y a omprar entradas para la fiesta respectiva. El suelo estaba humedo, fuimos a la casa de una señora que le habia dado alojamiento a playmobil el verano anterior, la casa me hizo acordar a la arquitectura de una casita que hay aquí en La Serena, una casita que era de un abuelito que tuve. En esa calle, el lujo se hacía sentir en todo, menos esa construcción humilde, el pasto crecía hasta un poco más abajo de la rodilla; la tía Myriam, salió al encuentro, quien sólo conocía a playmobil como el tipo al que le habían robado las gitanas, su mejor carta de presentación, se condecía con la personalidad inocente de este querido personaje con pies de guagua. Acordamos con la tía venir el día 31 a cocinar la cena como a las 8 de la tarde, enseguida fuimos al mirador y nos tomamos unas fotillos con el lago de fondo, bajamos a la costanera; pronto continuamos la búsqueda de las entradas; éstas se vendían en un lugar quizás under, quizás especial o quizás en la onda de lo que sería la fiesta; en la tienda vendían artículos naturales derivados de la Abeja; apciculturismo quizás, mieles y cremas y otros menjunjes; la mujer que atendía; Andrea, fue sacada de algún recital de Woodstock o Piedrarroja; la hippie moderna tipo; despistada como ella misma, pero afablemente tallera. Estaba a cargo de las entradas, promovía muy bien la fiesta, dejando entrever que era una carrete "open mind" . Estaba fumando un cigarro y tomandose un té de "hierbas" creo. pero no se si realmente era un cigarro porque tenía serios problemas para contar las entradas, una; dos; y se perdía en el conteo cuando nos entrego las entradas; que eran 4 ; dijo:- emtnces por las 5 entradas son 30 mil pesos- plop!!!; sobre todo porque en verdad el total era 16 mil; en fin; no era para enojarse; era para reirse; y mientras se se sonreía con su torpeza matemática; finalmente cuando nos fuimos de tan natural lugarr, nos dijo;- bueno chicos entonces nos vemos....arriba de la pelota nos vemos...y esa fría relación de cliente-vendedor estalló en risas amistosas como si ya hubieramos carreteado antes con ella. Después de esa grata transacción nos fuimos comer helados donde Otto; muy ricos, naturales y todo ñam ñam. Dimos una rápida pasada por el casino; los que no me agradan mucho por un tema de conciencia social, pero nunca tan grave para rechazarlo por completo. Cerca de las 7 de la tarde volvíamos a la capital; mientras vi que en mi bolsillo una rosa quiso darse a la fuga desde algun jardín puertovarino, que linda sorpresa, que ilusa la flor aventurera, que romántico su gesto infinito de entrega total ; escondida en mis bolsillos buscando un paisaje nuevo.

A la noche volvimos a la empresa a comer; bueno unica y exclusivamente para mancharme completamente los pantalones con café.,grrrr. eso no me agradó para nada, hacer el papel de torpe me desespera y prefiero salir rápido de escena; era mejor dejar pasar rápido el día y esperar el sábado porqué se iniciaría la aventura, el rally por tierras agrestes del sur del continente; pero antes deberíamos pasar por otros hechos que le pondrían más sabor al viaje.


El auto que playmóbil había reservado lo habían arrendado a otra persona; así y sin vehículo estabamos muy limitados en las pretenciones de los organizadores, muchos telefonazos para encontrar un auto; que muy caros; que los requisitos; que las platas ....uffff..hasta que dimos con un Kia ryo station por 90 mil durante 3 días; no estaba mal , pero no había mucha fe con el móvil, en fin era lo único que había y debimos acceder.


Sábado 30 de Diciembre; 15:00 horas; emprendíamos camino al sur por la carretera austral, dando innumerables saltos sobre las piedras y rocas presentes, el día era de de verano, mucho sol y como copiloto iba viendo los obstáculos, el mar, y los prados y los verdes y los azules varios, nos dirigíamos hacia La Arena; en donde debíamos subir a un ferry,antes de llegar nos encontramos con el camino cortado por un bus con desperfectos, me daba risa el nombre del bus; Kemelbus; sonaba algo asi como queme el bus. Los pasajeros al lado del camino nos miraban, mientras pasabamos por un estrecho espacio que quedaba; al verlos sentí un poco de pena y compasión por la situación en que estaban y en talvez era su diaria forma de vida, acostumbrados a las dificultades y no llegar siempre en el momento que quisieran...a los minutos que dejamos ese cuadro pictórico, llegamos a abordar la gran embarcación transportautos.

No era la primera vez que me encontraba sobre el mar, pero era especial ver como los bosques se unían directamente al mar; sin mediar ni la más mínima línea de tierra. Nos encontramos al rato con una comunidad gigante de lobos de mar, refrescándose reiterativamente en el agua.

Despúes de media hora; llegamos a Contao y de ahí , emprendimos en dirección hacia la cordillera, adentrandonos por el estuario del Reloncaví .

La tarde avanzaba, y las caídas de agua eran numerosas al lado del camino; curvas pronunciadas y verde, verde y más verde. Perdido en esta misma infinita gama vegetal; encontramos a Puelo; tan comun como cualquier pueblo, con su iglesia, con sus casitas de maderas y el elegante supermercado; me llamaba la atención que no estuviera rodeado de altos arboles; solo era un prado extenso, pero finalmente su lejanía de los grandes centros, era un elemento que no dejaba de atraerme.





Continuabamos rápido por el camino , en contra del tiempo, a pesar que en verano, en el sur oscurece como a las 22:30. Quedaba mucho por recorrer, Cochamó; y su iglesia y el almacén de esos que venden de todo; que tienen incluso hasta ropa, pero siempre un artículo de cada uno, y las nubes y la noche empezaban a alojarse en el estuario, seguía Ralún; y volvíamos al camino de asfalto, angosto y apretado por los frondosos bosques, una curva interminable y cerrada, continuaba con este oasis extraño, la noche no era la del cielo , era la noche que daban las sombras de sendos arboles, creando tuneles vegetales que se cerraban camino atrás. Dejando la selva entramos a Ensenada y cayendo la noche encontramos un lugar para acampar. Pusimos en el horno un salmón a la mantequilla, mientras picabamos otros trozos de algún otro especímen familiar del que se cocinaba.
La noche con la luna reflejandose en los nevados del volcán Osorno, los mosquitos y los zancudos picando mi calvicie, mi garganta que se inflamaba; hacía el cierre del día uno del Rally...había sido un día largo , pero un en medio de un extásis jamás vívido.
Pronto . En medio de la caca de las vacas del sur EL RALLY, segunda parte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

apoyo a "corazon_superficial"...mucha lectura...pero se ve interesante...una especie de memorias del siglo XXI.

Me parece bien que tengas un espacio donde escribir sobre las aventuras del malvavisco (yo jamás lo haría) pero bueno, en fin...

Como buen flojo de la lectura sólo me dediqué a ver las fotos de los ladas...

Te quedó bastante bueno el coso este, así que felicitaciones.

Saludos.
RMR.

Cosas que pasaron..

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